Se ha convertido en la obsesión de todos los
partidos políticos. Lo consideran una necesidad, tras treinta y siete años de
vigencia. Unos retoques, puesta a punto, para corregir los desgastes del uso,
los defectos de configuración o las carencias o excesos auspiciados por la
práctica. Esto para algunos. Para otros, nos hallamos ante una actividad de
enjundia, un proyecto de profundo calado, que marcará una nueva etapa en
nuestra joven democracia, la cual, con esos casi cuarenta tacos, ya se asienta
en la primera madurez, primavera tardía que todavía disfruta de cierta
floración. Que está abierta a novedades, atraída por las experiencias de la
curiosidad.
viernes, 14 de julio de 2017
La excusa perfecta
La crisis golpeó duro, en su época. Haciendo
memoria, cuando España todavía estaba en la Champions League de la economía
internacional —según criterio de Jefatura del Gobierno—, el mundo se iba al
carajo. El planeta entero se iba de vareta, más bien, aquejado de cólicos
hipotecarios, pérdidas diarreicas inmobiliarias, que consumían multinacionales,
empresas grandes, medianas y pequeñas, expulsando empleados por la puerta
trasera, fruto de la incontinencia intestinal severa, consecuencia de la
maldita enfermedad.
domingo, 2 de julio de 2017
Chanclas para el verano
Artículo publicado hoy en Surdecordoba.com:
Pues ya llegó el verano y, con él, la calor y, con ella, nos sobra la ropa y nos desprendemos de las capas de cebolla que nos cubren en invierno y lucimos palmito y enseñamos carne, cuerpo, con júbilo, abiertos al mundo, mostrándonos al natural, sin tapujos ni timideces, sin recato ni pudor, libres como el sol cuando amanece (cantaba Nino Bravo), como el mar, como el ave que escapó de su prisión, y puede, al fin, volar (detalle no eludible a gratuidad), y como el viento; lo cual no tiene que ser agradable de suyo; suerte, el consuelo de que ese último (el viento) guarde la deferencia de recoger mi lamento y mi pesar...
sábado, 1 de julio de 2017
Contarle a san Pedro
Artículo publicado hoy en Lucenadigital.com:
Esta tarde acompaño a mi amigo Tito en uno de sus habituales bajones de ánimo. Poco más puedo hacer por él, salvo esto: estar a su lado, que no se encuentre solo. No necesitamos hablar, él no lo necesita; basta con saber que tiene a alguien que se preocupa por él a su flanco. Un amigo que estará ahí para apoyarlo, cuando se tambalee; sostenerlo, cuando se caiga; y arrástralo hacia casa, cuando las fuerzas le falten, el alcohol lo venza o el hartazgo lo desgaste o arruine, dejándolo como un estropajo usado, devastado y abandonado en un rincón de la encimera...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)