sábado, 18 de abril de 2015

Por un fuego inextinguible

La lectura de poesía no está entre mis costumbres. Me faltan cualidades, no es cuestión de desprecio. Creo que para ser poeta o lector de poesía —o ambas cosas— es necesario tener una sensibilidad especial de la cual carezco. Esto no implica que jamás lea poesía. Esporádicamente, muy esporádicamente, visito la lírica, si bien como quien visita a un pariente lejano enfermo: más por ser persona cumplidora que por importar un cojón de pato en salsa agridulce las miserias del aludido. Eso sí, salvo por la rima y métrica clásicas, sin especial predilección por períodos o autores. No practico favoritismos. Me acomodo tanto a Quevedo —mejor que a Góngora, sinceramente—, como a Bécquer, a Espronceda, a Lorca, a Juan Ramón o a Alberti.

Lavándose las manos

Qué bien se nos da y qué fácil es eso de lavarse las manos. Eludir la responsabilidad, culpando a otros de desmanes por doquier cuando, quienes debieron garantizar que esto o aquello no se produjera, éramos nosotros. Al menos en parte. En una gran parte.

sábado, 11 de abril de 2015

La imagen

La imagen siempre ha sido un elemento primordial en todas las facetas de la vida humana. Esa primera impresión, al conocer a alguien. El aspecto, al presentarnos en el trabajo. La figura cincelada, sea a base de golpes de efecto, de reveses, sea con la perseverancia de quien considera la apariencia un factor más de su persona o un punto favorable hacia su objetivo. Las poses de conquista, vinculadas al sexo. El reflejo externo capaz de impeler cualquier sentido ajeno… Aquello que nos define extrínsecamente. O permite a otros redactar nuestra somera acepción.

"El político"

El hombre tiende a cultivar una suerte de artes cuya inmutabilidad es, a todas luces, infame. O lo que se alteran son los medios, conservándose los modos. Uno consolida esta percepción cuando ve películas como El político, la gran obra de Robert Rossen, que le valió el Oscar como mejor película de 1949, recibiéndolo él en calidad de productor.

lunes, 6 de abril de 2015

Sobre memoria y enseñanza

Artículo publicado hoy en lucenadigital.com:

Lejos quedó la época en la que los poetas se servían de las estrellas para recordar los versos. Sin disponibilidad de papel o cualquier otro tipo de soporte, la memoria era esencial para la preservación y transmisión del conocimiento. Hoy, todo está a un simple clic de distancia. La más variada e insospechable información está al alcance en Internet. Desde una receta de cocina hasta una teoría física, pasando por noticias, documentales, informes, obras literarias o pictóricas, galerías fotográficas… Tal es el fenómeno que, últimamente, he llegado a escuchar voces que abogan por relegar la memoria a un segundo plano, hasta el punto de poner en duda su necesidad. La necesidad —discúlpeseme la redundancia— de que los planes educativos abandonen un sistema de memorización en favor de una tendencia práctica, acorde con las exigencias de la vida diaria...

viernes, 3 de abril de 2015

Por la demanda pública

Artículo publicado hoy en surdecordoba.com:

No cabe duda de que la industria cinematográfica ha sufrido una revolución en los últimos tiempos. Revolución o evolución, según se mire. En cualquier caso, el cambio ha sido radical. El avance, se supone. Para bien o para mal, la manera de hacer películas, de verlas y la demanda del público son diferentes a las de hace quince o veinte años. El fin sigue siendo comercial, ojo, pero el espíritu se ha radicalizado, perdiendo humanidad. La digitalización ha invadido la producción, y de la ficción se ha pasado a la fantasía; de lo creíble se ha pasado a lo increíble; de lo probable o posible se ha pasado a la quimera, la fábula o la leyenda. El cine nos ofrece hoy paradigmas de realidades paralelas inalcanzables, poco escrupulosas con la dignidad de la lógica y la razón...