1. Apuntes históricos.
El príncipe salió rana, por ello,
cuando el 29 de septiembre de 1833 se anunció el fallecimiento de Fernando VII,
hubo quien se alegró. O, al menos, respiró aliviado. No fue un buen rey. Ni
estuvo a la altura del pueblo que luchó por él y por la nación. Fue
decepcionante. Tardó muy poco en derogar la Constitución de 1812, restituyendo
sus plenos poderes absolutistas. La aceptó el breve tiempo durante el cual se
vio obligado a hacerlo. A regañadientes, por conservar una Corona que otros
portaron con mayor dignidad.